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En Blanco y Negro

Doña Pelotin

Doña Pelotin

Adelanto de lo que se viene. En All Boysdeprimera. Un cuento "casi" Biográfico. (Gracias por "tus" puntuaciones Adrian Vidal).

 

Doña Pelotin

 

Que se yo en que andaba pensando cuando pateé esa latita tan fuerte que rompió el vidrio de la casa de Doña Pelotin! Discúlpame si la llamo así pero a decir verdad nunca supe su verdadero nombre.

Antes se podía jugar en la calle, no como ahora que pasan mil autos por día, y por eso jugábamos allí cuando éramos chicos. Casi por instinto suicida armábamos siempre el arco justo en la pared de la casa de Doña Pelotin y la llamábamos así porque cuando algún animal (siempre tenés en uno u otro equipo ese flaco que elegís último en el pan-queso) “colgaba” la pelota en su casa, se escuchaban los gritos de la vieja que decía: “¡¿cuándo cazzo van a terminare con la pelotín?! , ¡ésta no la ven más!” y paff chau pelota pulpo número 5. Si habremos hecho vaquitas entre los chicos para reponerle la pelota al infortunado de turno porque ojo, si algo éramos… era ser solidarios y todos en mayor o menor medida habíamos perdido una pelota en la casa de Doña Pelotin.

La cuestión es que doña Pelotin había fallecido hacia unos cuantos años, ella ya era vieja cuando amenazaba a mi hermano mayor y él me lleva más de 10 años, así que imagínate. ¡Pero…que se yo! La mística de la casa siempre queda viste, y eso que prácticamente tiraron todo abajo e hicieron una casa nueva. Imposible ver ahora casas como esas de paredes bajas, ahora son lescarce. ¿“Lescarce”? ¡¿Cómo que son?! Son cárceles al revés, donde los chorros están afuera y los honestos encerrados entre rejas pibe!! ¡¡Sos corto de “entendedera” vos eh, no preguntes boludeces y déjame que te sigo contando!!

La cosa que rompí el vidrio de la casa de Doña Pelotin, esta vez no de un pelotazo sino de un “latitazo”, y ¿sabes qué?, me traicionó el subconsciente o el inconsciente o como cuerno se llame a ese que tenemos adentro y te hace hacer las cosas sin pensar. No me vas a creer si te lo digo pero es que ahí en ese mismo lugar donde casualmente se encontraba la latita tirada, era el preferido mío en los picados. Porque si bien era un picadito en la calle yo tenía un lugar propio por donde moverme eh,  y era ese, justito entre el árbol de las bolitas que se hacen pelusas y se te menten en los ojos y la única casa que había de dos pisos en toda la cuadra. Esa combinación me daba una sombra justa, para que el “Bochini” de la cuadra, viera todo sin hacer viscerita con la mano, y por supuesto que los rayos del sol no me derritieran el marote, porque jugábamos a las 14hs, en invierno o en pleno verano. Es que antes no estaban como ahora los médicos mariposones de la tv que poco más les dicen a las madres que metan a los hijos en una cúpula de cristal. No, nosotros jugábamos a pleno rayo del sol y si uno se insolaba, un vaso de agua en la cabeza y al otro día vuelta a jugar. ¡Eso sí! A las 17 hs era sagrado parar todo, e ir a merendar cada uno a su casa y a las 18 se volvía al partido en la posición exacta que lo habíamos dejado.

La cosa es que todas las tardes eran más o menos lo mismo, menos los domingos. Ahí si... los domingos eran distintos porque a las 14.30 - 15 más tardar, mi viejo me llamaba. Inmediatamente dejaba al improvisado equipo, me subía al Chevrolet 450 rally sport e íbamos a ver al albo contra los grandes de Primera. Yo era chico pero te juro que sentía los colores como el que más, si hasta lloré cuando fuimos a la cancha de River, perdimos 5 a 1 y como nos fuimos antes, me perdí el gol de All Boys. ¡¡Si!! ¡¡No me mires con esa cara!! Lloré porque no pude gritar el gol en la cancha aún perdiendo por goleada. La cosa pibe, es que no importaba el resultado. Nosotros íbamos a ver a All Boys en Primera A, ganara, perdiera o empatara. Nosotros no íbamos a ver como salía, eso no importaba. Sólo lo íbamos a ver y punto, las burlas en el colegio me resbalaban; ¡pero de verdad te lo digo! no me importaba en lo más mínimo, y ¡qué me iba a importar si yo sabía que esos hinchas de Boca o River jamás entenderían lo que es el amor por la camiseta! Ellos eran hinchas de los resultados, no de su club. Es más, casi ninguno había visto al equipo en vivo. Algún que otro hincha de Vélez si había ido a la cancha, pero eran tan pocos que ni contaban. La cuestión es que todos opinaban lo mismo que opinaba el periodista de El Gráfico, que obviamente jamás era en contra de los clubes grandes.  Y claro… sino se les caía el negocio, te juro pibe que si ahora te quejas de los réferis, antes faltaba nada mas que hicieran el gol ellos para ayudar a los grandes.

 

En fin, en que estábamos? Ah sí. De Pepsi era la latita, estaba ahí servida justito en posición frontal al arco de Doña Pelotin, si hasta parecía que estaba pidiendo que la patearan ¿Cómo no lo iba a hacer yo que tenía la mira calibrada después de más de 8 años de hacerlo?. Si, ya sé que no era una pelota, que Doña pelotin no existe más, y que en esa casa ahora vive su hijo y tiene un gran ventanal al frente, pero estaba en mi lugar de la cancha ¡porque el árbol sigue estando!, así que sin dudas ese era mi lugar, y fue irresistible, un puntinazo precioso…en el ángulo la clavé,  ni  “el Batman” Butiche  y “el Pato” Fillol juntos la atajaban a esa pelota.

Si esta bien, quizás exageré con el festejo: Ir a gritarle al pelado puto ese hincha de Boca el gol en la cara fue mucho, y peor fue cuando salieron los vecinos del edificio nuevo y amenacé al hincha de Vélez diciéndole que le íbamos a copar la cancha mientras entonaba el “ya lo vas a ver devuelta a Vélez corriendo por Liniers”, y sé que la empeoré cuando llegó la policía y me puse a cantar “yo sabia, yo sabía, los de Vélez son todos policías” no fue lo más inteligente que pude haber hecho, pero es que se me mezclaron un montón de emociones. Hacia 30 años que tenía ese festejo atragantado y te juro como te dije antes; yo iba a ver a All Boys por la camiseta! No me importaba la categoría, el rival o el resultado, pero ver esas banderas azules y blancas, incluso las azules y amarillas o las blancas y rojas colgadas en la cuadra de mi barrio que antes era todo Blanco y Negro me daba una bronca!!. Antes mi viejo me contenía y me decía “¿cómo querés que sean de All Boys? si perdemos con cualquiera, si hasta Flandria nos tiene de hijo. Dale subí al auto que hoy jugamos contra Cambaceres y es largo el viaje”. Siempre el viejo tenía una respuesta para calmarme y a la vez consolarme. Pero ya no estaba más; y menos mal porque sino me hubiera cagado a patas en el culo, como cuando al poco tiempo de descender, Doña Pelotin saludó a mi mamá y haciéndose la simpática conmigo me preguntó ¿y vos nene de qué cuadro sos? y yo le dije orgulloso: “de All Boys señora”, y a la muy pallussa se le ocurre repreguntarme: “¿De All Boys? ¿y de primera de que cuadro sos?” - De All Boys soy la reputisima madre que te recontra mil parió.

Un mes sin salir de casa estuve, y nada de levantar la sanción por compasión, porque antes los castigos eran de verdad, no como ahora que te prohíben la play los días de semana o mirar a Tinelli. Yo estuve un mes sin poder ir a ningún lado más que al colegio. Me perdí los 4 partidos de All Boys de ese mes, y le di gracias al cielo que no hubo fecha entre semana.

Me fui por las ramas pibe…¿qué te estaba contando? A si! No estuvo bien romper el vidrio, pero te juro que no fue mi intensión, y lo que vino después estuvo mal, lo sé, pero entendeme que fue un desahogo de 30 años. ¿Quién se hubiera imaginado que volvíamos a Primera ganando en el mismísimo Gigante de Arroyito ante 40.000 personas? ¿Cómo no iba a gritar ese gol, si en Arroyito no conseguí la entrada y me tuve que infiltrar como hincha de Rosario en la platea Canalla? ¡¿Sabés lo que sufrí viendo a mis “hermanos” cantando en la tribuna visitante, gritando los goles y yo quietito sin poder emitir el más mínimo sonido que me delatara?! Pero te juro, y te lo juro por lo que más quiero en el mundo, que en el tercer gol, el del tanito Vella, estuve a punto de pararme en la butaca y gritar bien fuerte “¡¡¡¡¿¿¿Y ahora de qué cuadro te parece que soy vieja pelotuda???!!!!”.

 

 

Dedicado al Cuerpo Técnico y Jugadores del Rosariazo 23/5/10

(Gracias por escuchar mis plegarias, por comprender mi sueño, por convivir con mis defectos y por darme esta alegría),

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